Sr. Presidente, quisiera hacer especial mención a una fecha que se aproxima y que, para nosotros como justicialistas es de una relevancia sumamente importante. Hace 57 años, el 26 de julio de 1952 Eva Duarte de Perón, Evita dejaba este mundo.
Su lucha fue incansable y su compromiso con los humildes su pasión y principio rector. Las reivindicaciones que promovió y logró son inmensas, marcando un antes y un después en la historia de nuestro país, generó amores y odios, pero el amor que el pueblo le brindó la convirtió no solo en la “abanderada de los humildes” sino por sobre todo en una mujer que encarnó la lucha de una época, el rostro de la búsqueda de igualdad y defensa de los que menos tienen. Su figura es una imagen que proyecta el verdadero compromiso con el pueblo y su voz se convirtió en la de aquel que no podía hablar.
Como representante del movimiento peronista fue una guía moral y espiritual que dio toda su vida por la causa que, junto al General Perón, encarnaron. “…Fue el escudo humano que protegió a Perón de las críticas; que medió en las huelgas de obreros inconformes, que respondió al odio del establishment contra la política económica; que reprendió a los burócratas con un desprecio similar al que se tiene con la traición. Evita era arbitraria, intolerante con los poderosos, protectora de los débiles. Sobre todo, era omnipresente y no sólo por la propaganda peronista: en cada acto donde se mezclaba con su pueblo, donde socorría a los enfermos, donde apoyaba a las mujeres, parecía dejar su vida….”
A través de su fundación brindó ayuda a miles de personas, mejorando su calidad de vida y brindando posibilidades a quienes nunca la habían tenido. Hizo de la Justicia Social el principal fin de la política y desde allí la construcción del Estado de Bienestar, un Estado capaz de brindar a todas las clases sociales igualdad de posibilidades y de redistribuir el ingreso para conformar una sociedad mas justa.
Luchadora incansable de los derechos femeninos impulsó desde su lugar la incorporación de la mujer a la política, el voto femenino que se inició en el Gobierno de Perón encontró en Evita su principal defensora. Aún hoy las mujeres, independientemente del color político o la causa que promulguemos, debemos agradecer a Eva lo que hizo por todas y cada una de las mujeres de nuestro país al impulsar el Voto Femenino.
Lamentablemente su vida tuvo un final prematuro pero sus acciones, compromiso y lucha fueron intensas, marcaron una época y a todo un pueblo, su figura trascendió lo histórico, lo partidario, para convertirse en un verdadero símbolo de nuestro pueblo todo. Su deseo fue claro “…Quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo. Esta es mi voluntad absoluta y permanente y será también por lo tanto cuando llegue mi hora, la última voluntad de mi corazón. Donde esté Perón y donde estén mis descamisados allí estará siempre mi corazón para quererlos con todas las tuerzas de mi vida y con todo el fanatismo de mi alma…”
