2 de Abril Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas

En 1982, una dictadura militar agotada, incapaz de dar respuesta a la sociedad y totalmente irracional embarcó a la Sociedad Argentina en una guerra sin sentido. En este último acto desesperado por mantener un poder que se les había escapado tras años de intolerancia y violencia, el presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri, sin mayor cordura que la desesperación y la soberbia envió a compatriotas a una guerra sin mayores justificaciones, un enfrentamiento bélico contra uno de los mejores ejércitos de la historia, para hacer frente envió a jóvenes reclutas, sin experiencia y que representaban parte del futuro de nuestro país. La otra parte de ese futuro la misma dictadura militar se había encargado de sepultar con las persecuciones y desapariciones.

En esta carrera de locura, donde primó la irracionalidad en lo político y decisiones erróneas en lo estratégico-militar (demostrando incluso falencias en aquello que les era privativo) murieron 649 compatriotas en el campo de batalla (Ley nacional 24.950/98 - Declaración de "Héroes nacionales" a los combatientes argentinos fallecidos en la guerra de las Malvinas) quienes juntos con aquellos que regresaron pelearon con honor y valentía, dirigidos por un grupo de cobardes encerrados en torres de marfil temerosos de perder el poder, que por el derecho de las bestias, habían conseguido.

Las consecuencias de la falta de cordura de pocos costó, además, la vida a más de mil ex combatientes que tras el regreso a nuestro país y con el pasar de los años se quitaron la vida (es un estimativo que se maneja en los centros de ex combatientes). También cabe mencionar aquellos compatriotas que fueron heridos y han quedado con secuelas de por vida, para ellos también elevamos este saludo y nuestro mayor respeto, porque ellos fueros quienes defendieron nuestra bandera y derecho legitimo sobre las islas, independientemente de la soberbia y locura de aquellos que dirigían, actuando como verdaderos soldados, responsables y profesionales a diferencia de aquellos que había decidido iniciar un conflicto que, puso a nuestro país en una posición de agresor, pulverizando la diplomacia y sometiendo a la Argentina a un embargo y condiciones internacionales propias de un país que ha sido derrotado en un conflicto de estas características.

La herida aún sigue abierta, es un desafío que como sociedad debemos lograr resolver, puesto que también somos responsable por quienes permitimos que nos conduzcan, y por el compromiso, muchas veces ausente durante todos estos años para con aquellos que dieron todo en el campo de batalla. Pero sobre todo debemos luchar por seguir reconociendo a los que perdieron la vida, recordar lo ocurrido para no olvidar y de esta manera no vuelva a ocurrir y, como dice nuestra Carta Magna, podamos mantener relaciones pacíficas con el resto de las naciones, recuperando lo que nos pertenece por derecho legítimo, utilizando los canales diplomáticos que son los únicos capaces de asegurar la paz y supervivencia de todos los pueblos.